Son tumores
relativamente frecuentes que constituyen el 40% de los LNH de los adultos en
Estados Unidos.
De acuerdo a
la morfología las adenopatías están borradas por proliferaciones que,
generalmente, tienen un aspecto nodular característico. Las células tumorales
se parecen a las células B centrofoliculares normales. Generalmente, las
células neoplásicas predominantes son células de tipo centrocítico ligeramente
más grandes que los linfocitos quiescentes que tienen un núcleo angular hendido
con indentaciones prominentes y pliegues internos lineales. La cromatina
nuclear es tosca y condensada, y con los nucléolos poco evidentes. Estas
células pequeñas, hendidas, están mezcladas con un número variable de células
de tipo centroblástico más grandes que tienen una cromatina vesicular, varios nucléolos,
y una cantidad relativamente pequeña de citoplasma. En la mayor parte de los tumores,
las células de tipo centroblástico son un componente menor de la celularidad
global, las mitosis son infrecuentes, y no se ven células necróticas aisladas
(células que están sufriendo apoptosis). Estos hallazgos ayudan a distinguir
los folículos neoplásicos de los reactivos, en los que las mitosis y la
apoptosis son marcadas. De forma infrecuente, predominan las células de tipo
centroblástico, una histología que se correlaciona con un comportamiento
clínico más agresivo.
Inmunofenotipo
y características moleculares. Estos tumores expresan los marcadores pan-B CD19
y CD20, CD10 y BCL6, un factor de transcripción que es necesario para la
formación del centro folicular. Además, las células neoplásicas expresan de
forma característica BCL2, una proteína que está ausente de las células B foliculares
normales. Como era de esperar de un tumor de estirpe B, los genes de las
inmunoglobulinas muestran hipermutación somática.
Cariotipo. La
mayoría de los tumores tienen la translocación característica t(14;18). Esta translocación
fusiona el gen BCL2 del cromosoma 18q21 con el locus IgH del cromosoma 14 y da lugar
a una expresión inadecuada de la proteína BCL2, que tiene función
antiapoptósica.
Características
clínicas. El linfoma folicular se produce, fundamentalmente, en personas
mayores (rara vez antes de los 20 años de edad) y afecta por igual a hombres y
mujeres. Suele presentarse como adenopatías indoloras, que con frecuencia son
generalizadas. La afectación visceral es rara, pero la médula ósea contiene casi
siempre linfoma en el momento del diagnóstico. La evolución natural es
prolongada (mediana de supervivencia de 7 a 9 años), pero el linfoma folicular
no es fácil de curar, como ocurre en la mayor parte de los linfomas indolentes.
Su incurabilidad puede deberse, en parte, a los niveles elevados de BCL2, que
puede proteger las células tumorales de los efectos de la quimioterapia. En
alrededor del 40% de los pacientes, el linfoma folicular progresa a un linfoma difuso
B de células grandes, con o sin tratamiento. Se trata de una transición
ominosa, porque los tumores que surgen de dichas transformaciones son mucho
menos curables que los linfomas B difusos de células grandes de novo.